El desafío
Kasper llegó con ahorros suficientes para seis meses, pero los gastó en tres. No había considerado los depósitos de servicios ni lo caras que eran las salidas con compañeros. Para marzo estaba pidiendo dinero extra a sus padres.
El cambio
Creamos un presupuesto que separaba gastos fijos de variables. Estableció límites semanales para ocio en efectivo. Después de dos meses, había recuperado el control y hasta empezó a ahorrar un poco cada mes.